Hoy vengo a compartirles una reflexión sobre cómo están relacionados nuestra conección con la tierra y nuestra salud emocional y física. Tanto a nivel individual como como social. También es un diagnóstico de lo que estamos viviendo hoy a nivel social/mundial.
El poder de los símbolos y los rituales.
El chakra raíz es el primero de los chakras, y como su nombre lo dice, representa nuestra "raíz", nuestra conección profunda con la tierra. Es lo que nos hace sentir parte de este planeta, lo que nos hermana con los demás seres humanos, animales y plantas. Nos trae la idea de que todos somos parte de una misma matriz, todos venimos del mismo ancestro común y somos parte del mismo ciclo natural.
En este sentido, el chakra raíz está relacionado al sentido de pertenencia. A la consciencia de que somos familia todos los que convivimos en este planeta, y que después de todo, no somos muy distintos los unos de los otros. Nos habla de la seguridad profunda en la vida que nos sostiene, es la energía que nos empuja a levantarnos cada mañana.
Simboliza también nuestra parte más animal e instintiva, nuestra energía más primordial y original. La parte más profunda de nuestro inconsciente, eso que nos mueve sin una explicación racional cada día. Un chakra raíz bloqueado nos habla de personas que no se sienten parte, como si no pertenecieran aquí ni a ningún lugar. También nos habla de esta seguridad perdida en la vida, de gente sin energia ni ganas de vivir. Esto es causa de depresión en muchos casos.
Las tribus que aún sobreviven al avance de la civilización, por lo general tienen ritos que los hacen sentirse profundamente conectados con la tierra. Se sienten hijos de ella, saben que en lo más profundo no son distintos de un árbol, o un animal. Le agradecen toda la riqueza que les brinda, y están seguros de que no necesitan las comodidades del mundo moderno, pues la tierra les brinda ya todo lo necesario para vivir.
Ciudades desenraizadas
Hoy la gente se siente superior a cualquier "salvaje" que viva en la selva, tan solo por tener un celular y comodidades que éste otro no tien. Pero estoy seguro que no somos tan distintos, y en muchos casos, son gente más sana que lamentables casos humanos en la ciudad consumidos por drogas, pobreza o ignorancia. Generalmente la gente de tribus tienen un profundo conocimiento de las hierbas, plantas y árboles de su ecosistema.
Las ciudades devoran todo lo que alcanzan, generan desechos que destruyen los ecosistemas, y donde se llena de asfalto, el clima se vuelve desértico y el ciclo natural del agua se pierde. La gente vive desconectada en ellas de los ciclos naturales más sútiles de la naturaleza. Nos sentimos desconectados de ella, y vamos a ella nada más que en vacaciones, en verano y de manera superficial la tocamos y experimentamos.
Somos turistas en nuestro propio planeta, no salimos de esa zona segura. Ya estamos hechos para el mundo "artificial", ese es nuestro "ecosistema", nos envuelven las ciudades y la tecnología, como a la tortuga su caparazón. Allí radica nuestro desafío de amigarnos y conectarnos mejor con lo que envuelve a las ciudades mismas.
En un libro sobre los chakras leí que la idea del hombre de devorar y sobreexplotar la tierra y tener que dominar para vivir bien, es consecuencia de una chakra raíz bloqueado, es decir, de nuestra desconección con la tierra. Y no es algo actual, es una herida que existe en el mundo occidental hace muchas generaciones. La crisis actual es lo natural, es el destape inevitable de este proceso.
Necesitábamos esta crisis para cambiar. Lo que nos está diciendo es que tenemos la oportunidad de cambiar nosotros, vivir al servicio de la tierra y hace todo lo posible por vivir de acuerdo a ella otra vez. O podemos seguir indiferentes y ciegos al problema, hasta que nos sea imposible sacarlo de en frente o ya sea demasiado tarde para nosotros.
Con los pies en la tierra.
Uno no muerde la mano de quien lo alimenta, y en este momento estamos destruyendo al gran ser vivo que nos da todo lo que tenemos y necesitamos. ¿Así agradecemos a la tierra por todo lo que nos da? La humanidad aún es como un niño que quiere depender y abusar así de sus padres. Ha encontrado una fuente de gran poder, que llamamos ciencia, pero no somos capaces de llevar con sabiduría y responsabilidad.
Cuando decidimos y tomamos cartas en el asunto, nuestra vida se vuelve naturalmente más armónica, y comenzamos también a disfrutarla, en vez de vivirla como una carga. Después de todo, la tierra nos invita a eso: A disfrutar de esta vida, a vivirla en libertad y no como desean otros que la vivamos.
Estamos a puertas de una era en la que el ser humano podrá surcar los cielos, incluso el espacio en buses y naves autopiloteadas. Pero si queremos llegar a esto, debemos primero tener los pies bien puestos sobre la tierra.