Aprender a apreciar la vida, como signo de salud

Hoy el mundo se ha vuelto un desafío para todos y asumir el desafío es elegir crecer y evolucionar.

A veces nos puede sobrepasar, pero la vida es siempre un regalo una gran maestra un misterio que no hay que resolver más bien experimentarlo, dejarlo ser que fluya su río, que nos empuje hasta la muerte ésta gran y cotidiana presencia que a todos nos lleva.

Inevitable y voluntaria

Es importante encontrar un propósito para nuestras vidas. Aunque el budismo zen diría todo lo contrario, vivir sin propósito, sin aspiraciones, es el camino hacia una vida plena. Hay que considerar que ellos llevan una vida austera, mucho más austera de lo que una persona occidental podría quizás soportar. En mi, siento más imponer un propósito o una dirección a mi vida, independiente de si llego o no a la meta algún día, el camino hacia allá me ha enseñado y enriquecido mucho.

Lo que escribo es un corto y resumido esbozo de mi camino hacia la salud, desde mis conocimientos y mi intuición, hacia entender qué somos, y espero pueda servirles de inspiración.

Es importante también vivir al aire libre. Pasar tiempo con los árboles, el césped y las aves. Volver a la tierra, en el mundo de hoy, es indispensable. Las ciudades están desconectadas, desde hace mucho tiempo, de los ciclos naturales de las plantas, el agua y la tierra. Y lamentablemente, cada vez lo están más. También hoy es cada vez más masiva la migración de muchas personas hacia el campo.

Pero creo que es necesario no vaciar nuestras ciudades de gente, sino más bien, convertirlas en lugares más verdes, más adaptados al medio ambiente. Con edificios no tan rectos y cuadrados, tan prácticos. No somos abejas viviendo en colmenas, no somos enjambres, aunque hoy lo parecemos.  Como humanidad, nos hemos dedicado mucho tiempo a depredar y hacer que nuestro entorno se adapte a nuestras necesidades, cuando lo que tenemos que aprender es a seguir los ritmos de esta tierra que nos alimenta. La explotación al ser humano está en directa relación con la explotación a la naturaleza.

La importancia que la ecología debe tomar en nuestra vida diaria, para volver a sentirnos conectados, es crucial. La ecología es una fuente de creatividad y buenas ideas que hoy florecen por todas partes del mundo. En parte, ha sido un tema de necesidad, y cada vez lo será más, pues el cambio climático es un tema innegable. Una conexión más íntima con la tierra, con nuestros vecinos, con encontrar el espacio que necesitamos para sentirnos plenos o realizados. Entender que también gran parte de la humanidad hoy está enferma de desarraigo, y sanar es saber desprenderse de ese desarraigo, valga la redundancia, saber desprenderse de esa humanidad enferma. Dejar que esa gran parte de humanos que lamentablemente viven en la desolación de una vida dormida, sigan ahí. Para ayudar a salvarlos, debemos salvarnos nosotros mismos.

Cuando estamos sanos, somos medicina. Una persona sana irradia a su alrededor alegría, vitalidad y fuerza; y al contrario, una persona enferma por mucho tiempo, termina enfermando a quienes lo cuidan.

Soltar el control de creer tener la verdad, de necesitar tener ciertas verdades. Vivir un poco sin saber lo que vendrá, atreverse a aceptar la inevitable aventura de vivir, es algo que he aprendido este año. La vida no se trata tanto de explicarla o de entenderla, sino de experimentarla. “El alma no es un problema a ser resuelto, más bien es como una planta que hay que cuidar, regar a diario, y dar amor.

Vivir es atreverse a vivir. Esto nos enseña a soltar lo que debe irse, para abrirse a lo nuevo, que siempre es desconocido.

La salud es en parte un estilo de vida. No se puede vivir bien sin un sentido estético despierto.  En esto va el saber llegar a viejos. Apreciar la belleza a nuestro alrededor es algo muy sanador. Si sentimos no vivir en un entorno rodeado de belleza, es muy probable que nuestro entorno no nos aporte mucho para vivir una vida con ganas.

Sed vuestra propia luz

Es crucial aprender a reírse, a vivir alegres, a pesar de las circunstancias. Esto es encontrar el placer incluso bajo las situaciones que nos presionan. Cultivar el sentido del humor en nuestra vida es algo verdaderamente enriquecedor. Un buen humorista es también un sanador, nos enseña a reírnos de nosotros y de nuestra tragedia personal, sanamente. Un buen humorista es también un iluminado.

Vivir saludablemente no es vivir sin dolor. Escapar del dolor necesario de la vida también nos hace enfermar. A veces, las situaciones dolorosas de la vida, son situaciones que contienen grandes o importantes enseñanzas para el camino.

Hay muchas maneras de vivir saludablemente, y de acuerdo al tipo de persona que tú seas, te serán ciertos caminos mejores que otros. Quizás lo tuyo es la  expresión artística, necesitas expresar lo que llevas dentro de alguna forma, sea danza, dibujo, música, poesía. Quizás eres una persona más deportiva, y necesitas salir más de trekking o ciclismo o algún deporte en equipo.

La salud, en mi experiencia, es cuestión de balance y equilibrio. Tampoco podemos dejar de disfrutar de la vida por ser demasiado estrictos con nuestra rutina, dieta o estilo de vida. No vaya a ser que por obsesionarse con un estilo de vida saludable, nos enfermemos. Recordemos que disfrutar de la vida, y sentirse alegres es señal de salud.

Es importante entender que la vida también consiste en altos y bajos. Tenemos que aceptar y vivir nuestra enfermedad, vivirla a fondo. La vida nos invita en esos momentos a recogernos, a mirar detenidamente el camino que llevamos, la enfermedad puede ser una gran maestra.

Llevo unos años queriendo sanar muchas cosas de mi vida, para llevar una vida más plena, y acorde a lo que mi espíritu siente. Mi intención y camino ha sido el querer aprender, o ayudar a sanar a las personas. Desde entonces me he puesto a investigar sobre psicología, un ámbito que particularmente me atrae, entre otras cosas; Entonces me llegó esta frase: "si quieres aprender a sanar, primero debes sanarte a tí mismo".

"Si quieres sanar, primero debes preguntarte si estás de verdad dispuesto a dejar lo que te causó la enfermedad". En realidad, todos llevamos dentro una especie de "instinto de salud", que va de la mano con lo que llamamos “la consciencia”. Pero la sociedad y finalmente nosotros, no siempre estamos dispuestos a seguir lo que esta voz nos dice que debemos hacer. Quizás a veces la encontramos muy severa, o quizás llevamos tanto tiempo escuchando "la voz de la sociedad", la voz de los otros, que hemos olvidado que tenemos una voz interior sábia que nos guía.

He intentado hacer un esbozo superficial y general de muchas cosas que, como humanos individuales, y como colectivo, nos harían muy bien. Pero este tema es amplio, y nos llega tan profundo como somos, aunque esa profundidad esté velada muchas veces. A veces sanar nos obliga a escuchar cosas que nos incomodan de nosotros mismos, pues nos han enseñado a avergonzarnos de ciertas cosas, pero si queremos sanar de verdad, entonces encontraremos salud. 

Hoy muchos de nuestros problemas físicos, tienen un trasfondo psicológico, y entender eso es comprender que también está en nosotros la llave a sanar, y no tanto en un medicamento exterior.